Salud

La dieta saludable juega un papel vital en la protección contra COVID-19

Por Angela Betsaida B. Laguipo, BSN Vía: News-medicalFoto creado por freepik – www.freepik.es La pandemia de COVID-19 continúa propagándose a nivel mundial, con más de 62,26 millones de personas infectadas. Con la rápida propagación de su agente causante, el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), es crucial determinar formas de prevenir la infección.

El sistema inmunológico protege al huésped de organismos patógenos, incluidos virus, bacterias, hongos y parásitos. Para hacer frente a una amplia gama de amenazas, el sistema inmunológico ha evolucionado para incluir muchos tipos de células especializadas que se comunican y trabajan en conjunto para combatir las infecciones.

Dado que el sistema inmunológico realiza una vigilancia activa durante todo el día, necesita los nutrientes adecuados. Se ha demostrado que varias vitaminas y oligoelementos reducen el riesgo de infecciones.

Un investigador de la Escuela de Desarrollo Humano y Salud, Facultad de Medicina de la Universidad de Southampton, exploró el papel de la nutrición en la estimulación del sistema inmunológico para combatir la infección por COVID-19.

El estudio publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health destaca la importancia de la nutrición para estimular la capacidad del sistema inmunológico para combatir las infecciones.

El sistema inmunológico es una red compleja de células y proteínas que defiende al cuerpo contra las infecciones. Mantiene un registro de cada patógeno que ha encontrado para reconocerlo y matarlo si ingresa nuevamente al cuerpo.

La memoria inmunológica se refiere a la capacidad del sistema inmunológico para reconocer rápidamente un antígeno que el cuerpo ha encontrado previamente e inició una respuesta inmunitaria correspondiente.

Muchos factores pueden alterar la respuesta inmunitaria del cuerpo. El envejecimiento puede estar relacionado con la pérdida de la competencia del sistema inmunológico, lo que se denomina inmunosenescencia.

La inmunosenescencia se caracteriza por una reducción de las células inmunitarias, incluidos los linfocitos T, linfocitos B, células dendríticas, neutrófilos, monocitos, macrófagos y células asesinas naturales.

Un factor asociado con la inmunosenescencia es la reducción de las células inmunitarias de la médula ósea, de donde provienen estas células. Todos estos procesos que ocurren en la vejez podrían predisponer a las personas mayores a un COVID-19 más grave.

La obesidad también está relacionada con una respuesta inmunitaria reducida. Por lo general, las personas obesas experimentan deficiencias en la actividad de los linfocitos T auxiliares, los linfocitos T citotóxicos, los linfocitos B y las células asesinas naturales. También tienen una producción reducida de anticuerpos e interferón-gamma (IFN-y). Esto los predispone a desarrollar COVID-19 grave.

Además, las personas obesas pueden tener una peor respuesta a la vacunación. La obesidad también se ha relacionado con un aumento de las concentraciones sanguíneas de muchos mediadores inflamatorios, un estado de inflamación crónica de bajo grado. Cuando está infectado, el sistema inmunológico puede generar una respuesta inflamatoria excesiva como una tormenta de citocinas, haciéndolos vulnerables al COVID-19 grave.

Nutrición e inmunidad

El sistema inmunológico funciona en todo momento, pero la presencia de patógenos activa células específicas. La activación conduce a un marcado aumento en la demanda del sistema inmunológico de sustratos productores de energía, incluidos los ácidos grasos, la glucosa y los aminoácidos.

Algunos nutrientes, como la vitamina A y D, son reguladores directos de la expresión génica en las células inmunitarias. Desempeñan funciones esenciales en la maduración, diferenciación y capacidad de respuesta de las células inmunitarias.

Los antioxidantes también juegan un papel fundamental en la protección del cuerpo contra el estrés oxidativo. Las vitaminas antioxidantes clásicas incluyen la vitamina C y E, incluidas las enzimas antioxidantes como la catalasa, la glutatión peroxidasa y la superóxido dismutasa.

Por lo tanto, mantener el cuerpo bien nutrido es crucial para combatir la pandemia de coronavirus. Una buena nutrición proporciona un entorno en el que el sistema inmunológico puede responder rápida y adecuadamente a las infecciones. Mientras tanto, la deficiencia de nutrientes hace que el cuerpo y el sistema inmunológico no puedan funcionar correctamente.

En pocas palabras, mantener el cuerpo nutrido con vitaminas y minerales es esencial en la lucha contra el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2). En algunos casos, incluso si una persona se infecta, el sistema inmunológico del cuerpo puede combatir fácilmente al patógeno, lo que reduce el riesgo de desarrollar una enfermedad grave.

Se ha demostrado que la vitamina A, B6, ácido fólico, C, D y E, incluidos los oligoelementos como zinc, cobre, hierro y selenio, desempeñan un papel clave en el apoyo al sistema inmunológico y en la reducción del riesgo de infecciones.

«Parece prudente que las personas consuman cantidades suficientes de nutrientes esenciales para apoyar su sistema inmunológico y ayudarlos a lidiar con los patógenos en caso de que se infecten», explicaron los investigadores.

«El consumo de una dieta de alimentos de origen vegetal y animal diversos y variados que sean consistentes con las pautas actuales de alimentación saludable sería lo mejor para apoyar el sistema inmunológico», alentaron.

Referencia de la revista:
Philip C Calder (2020). Nutrición, inmunidad y COVID-19. BMJ Nutrición, Prevención y Salud. https://nutrition.bmj.com/content/3/1/74

Vía: News-medical

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